7 de mayo de 2020
“Al comienzo del encierro tuve la curiosidad de saber cómo acabarían varios tsundokus [pilas de libros sin leer que uno tiene en casa, normalmente en columnas de inestable equilibrio]. Tenía la ilusión de que alguno desapareciera. He leído bastante (…) y he releído (…) Los tsundokus han aumentado (…) y cambiado de sitio. Si antes había dos en el pasillo y otros dos en el estudio más uno arrinconado en una habitación a oscuras, ahora ocupan gran parte del pasillo, el estudio, el salón, la habitación y amenazan con instalarse en el balcón”. SR GS. Los cuadernos de la vida quieta. Las plagas son indómitas. En el dominó de los libros nadie cierra las partidas. Ponerse con ellos supone derribar una ficha que arrastra las demás en cadena. Cuando haces como que has terminado e intentas guardar las piezas, descubres que en la caja ya no hay sitio. Cada vez menos. Como tiempo en la vida.