1 de enero de 2017
“Para no
sentir el horrible peso del Tiempo, que os destroza los hombros doblegándoos hacia
el suelo, debéis embriagaros (…) De vino, de poesía, de virtud, como os plazca.
Pero embriagaos”. Baudelaire, Spleen de
París. Los años no caen, se deslizan. Parecen una serpiente. Pero cambian de piel y huesos, no de camisa.