27 de agosto de 2015
“La cultura pone en
el rostro de un hombre una máscara que se encarna y no se puede arrancar;
máscara misteriosa, como precisamente es misteriosa la humanidad cuando se
expresa y no se queda obtusa y mezquina o vil en el comportamiento, en el
código, en las convenciones sociales”. Pasolini. Dentro del arte, la
máscara no oculta; desvela. Y, estrambote, conecta lo culto y lo popular.