28 de mayo de 2016
“Yo no hago
música antigua. Interpreto melodías que fueron creadas hace muchos años”. Jordi
Savall. No hay trazo más grueso que la prisa. Los siglos no la tienen; la
historia, que sigue en pie, tampoco. “Cada vez que se toca, la música renace de
forma diferente”. En el mundo analógico hay reinterpretación; en el digital,
copia. Las personas que gustan de cambiar cada poco de melodía son digitales;
no se dan cuenta de que en el centro –que siempre es analógico- caben los márgenes,
ni de que “sólo son antiguas las partituras”, los colores, las palabras, las ideas;
reinterpretables en la misma piel y el mismo cerebro, donde las notas son siete, cifra
suficiente para el infinito.