Brizna de untadura y babero

29 de diciembre de 2016

“Sólo aquello que invita al desfallecimiento merece ser escuchado”. Cioran, Ese maldito yo. Las obras no han de gustar, deben causar impacto. Primero desafilaron los cuchillos. Los tenedores dejarán de trinchar. Llegará el día en que nos alimentemos de sopa. Boba.

Brizna de piel decolorada

25 de diciembre de 2016

“Cuando la utopía, el intento de abarcar el infinito, se convierte en el objetivo principal, la forma ha de permanecer abierta”. Alfred Brendel. Los agujeros son distintos de la grieta. Por la segunda entran el escozor y la felicidad; los primeros son pasadizos horadados para el sol, que luego elige la grieta para penetrar en la realidad, de súbito, calidoscópica. En el fragmento está la obra como lo particular contiene lo universal. Y a Belén pastores: el paseo redimirá vuestra limitación fabricada con balidos.

Brizna de piel neuronal

18 de diciembre de 2016

“Cuanto más pienso menos soy”. Kierkegaard. El pensamiento viene a ser como el vaciado de un molde. Con él podemos hacer réplicas de escultura, no esculturas. El creador provoca seísmos y va por delante del sabio, que al final no sabe nada. Como mucho, dirá de qué magnitud fue el temblor. Y el no-ser, que ya no piensa, tampoco siente.

Brizna de Penélope

15 de diciembre de 2016

“La poesía / es la conciencia / (…) trabaja / a favor del olvido de uno mismo”. Fermín Herrero, Sin ir más lejos. Leyendo te borras. La paciencia te pinta de nuevo. “En ausencia de Dios, / lo espera”. Ensoberbecida capacidad de guiarse tiene el humilde.

Brizna de Ariadna

12 de diciembre de 2016

“El instante es la carne del tiempo”. Eugenio Trías. Los proyectos, su osamenta. Si “la verdad tiene hoy muchos detractores” es porque la piel ha dejado de sentir. Trías leyó a Calderón para derribar a Derrida. Desde la fosa, huele la piel de San Bartolomé en la Capilla, como un reloj blando, sin memoria. La verdad derretida es un horno crematorio.

Brizna de metacinismo

4 de diciembre de 2016

“El artista no debe pensar en las consecuencias morales de sus actos”. Albert Serra. Si a Truman Capote le hurtas su condición de escritor, ¿qué obtienes?: un abogado de oficio. Bueno, o un periodista o un activista. Nunca A sangre fría, el tipo de libro que esos profesionales y esa persona necesitarán leer después del trabajo. Capote tuvo que mentir para llegar a la verdad, como tantos, y la verdad sólo es redonda si acaba mal. ¿Cuándo fue más compasivo?: ¿conduciendo secretamente al patíbulo a los acusados, o en la novela del Upper East Side, desayunando en Tiffany’s? El arte es una punción que la naturaleza hace en la cabeza del hombre, una trepanación armónica en papel de regalo. Si no habla del ser humano –daguerrotipo de flaquezas, bajezas, fantasías, contradicciones, absurdo y heroísmo-, da igual que hable o sea muda. El artista debe ser una modelo en ropa interior –frase que dedico a las feministas-. Ha de limitarse a mostrar para que otros miren, no practicar aeromodelismo y conducir el juicio del lector. El sujetador es fundamental: si mostrara toda la piel estaríamos en un palacio de justicia. Sin voyeurismo, sin exhibicionismo, lo que hay es conducta plana, propia de señal institucional, o de fiscal, o de púber. “La moral del artista no tendría que ser muy distinta a la del fabricante de armas. ¿Cuál?: ¿fabricar una pistola que no mate? No. Su deber es diseñar el instrumento más mortífero”. Sin confundir: al frente de un ministerio –y, menos, el de Defensa- y de una embajada –y, menos, la de Washington-, no cabe un sujeto con pasado en la industria armamentística. Son planos distintos.
El cínico es un cruce entre el casto y el decente. Una artimaña de persona sensible y caritativa. Si no, no hay un cínico, sino un hijo de puta. Pero al final dice también Serra: “El cine exige creer en una ilusión, huir del cinismo”. ¿Ironía socrática?, ¿risotada impugnadora?, ¿sinceridad inculpatoria?, ¿confesión de san Agustín? Sin bondad no hay persona. Y la bondad nunca es falsa si es por amor… al arte.

Brizna de aire sereno

2 de diciembre de 2016

“El amor, una caligrafía en el horizonte”. Fernando Menéndez. Que a veces se disfraza de cercanía. Vivir es derramar tinta. No usarla, ¿verdad, fray Luis?, también.

Brizna de trabajo

28 de noviembre de 2016

“La vida es una muerte que nos lleva tiempo”. Emily Dickinson. Morir, una vocación imposible de ocultar indefinida.

Brizna de Fidel

26 de noviembre de 2016

“Son metáfora del proceso revolucionario en Cuba. Cautivó a mucha gente. Después se convirtió en una regla”. Geandy Pavón, sobre las Escuelas Nacionales de Arte de La Habana, retratadas en el documental Espacios inacabados, de Alysa Nahmias y Ben Murray. Aquellas escuelas fueron proyectadas por Castro para ser las más bellas del mundo. Se trataba de cinco complejos iniciados a las afueras, en 1961, donde estudiar baile, música, pintura, escultura... A causa de las severidades de la política exterior, y de la influencia constructivo-funcional de la Unión Soviética, se paralizaron en 1965. Con la mejor intención, las autoridades estimaron repentinamente que no tenían sentido por… improductivas… eran demasiado estéticas. Mejor gastar el dinero en vivienda, prefabricada y no, y garantizar un hogar digno para el pueblo. Otros piensan que para qué se gasta dinero en naves espaciales con el hambre que hay… Total, vieron en los arquitectos a unos elitistas preocupados por intrascendencias cuando lo que había que hacer escuchar al campesino. Tampoco sin razón, pero he ahí una gran contradicción. Durante décadas estuvieron invadidas por la naturaleza, degradándose. El arte debía cumplir una función social, cuestión a la que los alevines de Podemos siguen dando vueltas. El arte debía servir para algo, tener contenido. A comienzos de la década pasada, en rueda de prensa a alguien le dio por preguntar a Fidel sobre el tema. Habían pasado cuarenta años. Él se quedó aturdido, pero, raudo, expuso que alguien le había dicho que aquella idea no servía, que estaba infundamentada desde los principios antes enunciados, pero que a él, personalmente, siempre le gustó. Se escudó en que paralizó la construcción persuadido por los expertos, tan peligrosos como de costumbre. Le cuestionaron si podía solicitar ayuda internacional, ya que era una obra de arte moderno de entidad: una asociación neoyorkina lo había intentado, pero se topó con el Bloqueo. Orgulloso, respondió que el país podía hacer frente en solitario y dio orden de restaurar las escuelas. Pero, después de dos huracanes feroces, y, de nuevo, la debilidad económica, se volvieron a paralizar. Creo que dio tiempo a restaurar tres escuelas de cinco. El arte puro está fuera de los mensajes. Otra cosa es que, de paso, los encuentre. Pero el arte puro es inútil, cuestión que no lo invalida; al revés, por ello, por su inutilidad, el arte es la mayor demostración de ingenio e inteligencia humanos. El hombre se hizo tal cuando venció la subsistencia y se puso a pintar. La improductividad es precisamente el Gran Sentido de un Cerebro Desarrollado, sobre todo después de comprobar, por demás en el siglo XX, que la educación y la cultura no nos hacen mejores, sino más elegantes. No hace falta acudir a Steiner para justificar nada. Lo mismo en música que en arquitectura, literatura o cine. El arte ataca a la sensación. Ahí están, de la mano, el inconsciente y el placer estético. Al final, efectivamente, se destila un pensamiento. Pero el estilo y la forma son fundamentales. Fidel reaccionó tarde, pero reaccionó. Como cuando se dio cuenta de que en el rock cabía la rebeldía y no había que prohibirlo por yanqui; y hasta erigieron una estatua a Lennon, y llegaron bandas, Manic Street Preachers, entre otros, a rockear. Desde luego, da la impresión de una cosa: los detractores de Fidel [a la luz de sus defensores: Mandela, Muhammad Ali, etcétera…] no perseguían los Derechos Humanos, sino la confrontación ideológica.

Brizna de tirantes

24 de noviembre de 2016

“La luz vertical lleva al deslumbramiento, algo bello pero inhabitable (…) Necesitamos el cuerpo (…) los sentidos para percibir el espíritu”. Argullol a partir de Valéry. La materia es un sujetador de la energía. “Aquello que está en nuestro interior lo podemos celebrar porque lo reconocemos en las formas del mundo. La poesía es la mediadora de este proceso”. Somos un pozo de abstracción. El entretenimiento es lo que más me aburre.

Brizna de fuego celado

18 de noviembre de 2016

“Quien huye de la escarcha se encuentra con la nieve”. Lezama. Ladear el peligro es echarse en los brazos del desastre. Ahora bien, la derrota es bonita y pareciera que exculpa; por eso tienta como el diablo.

Brizna de materia

15 de noviembre de 2016

“Hay que sospechar del ojo”. Juan Muñoz. El arte es un quiero ver nítido y no puedo. Aclarado, en la ropa.

Brizna de Cohen

11 de noviembre de 2016

“Observar es esencial para mi supervivencia”. Leonard Cohen. Estar inactivo se torna cada vez más perentorio; en las fábricas nadie observa, ni siquiera por las ventanas, tapiadas aunque no lo parezca. El cielo dispone de buenas vistas, en él se pueden perfeccionar sin prisa declaraciones ya redondas, del tipo: “No quiero inventar la rueda”. Seguramente él perseguía el aro, más grácil. A sabiendas de que no importa la cuadratura del círculo, sino la circularidad del cuadrado.

Brizna de estrategia

7 de noviembre de 2016

“Gana el que comete el penúltimo error”. Vasily Panov. Se acierta por casualidad y no conviene siempre la victoria. El arte de época no pasará. Hay que dejar libre el carril de adelantamiento.

Brizna de quietud

2 de noviembre de 2016

“La poesía está enamorada del instante y quiere revivirlo en un poema”. Octavio Paz. La melancolía es desfibriladora. “Lo aparta de la sucesión y lo convierte en presente fijo”. De ahí, la ligación entre tristeza y belleza, que asépticos desratizados juzgarán enfermiza. “Para Bazin en la base de la creación y la experiencia estéticas está la obsesión reproductora que trata de vencer a la muerte mediante la detención del tiempo” -J. L. Sánchez Noriega-. Esto es: detener el tiempo produce vida. Y frenar la vida acelera su curso.

Brizna de domadores de relámpagos

29 de octubre de 2016

“La víctima que busca a su asesino”. Octavio Paz, La estación violenta. Todos necesitamos quien nos complete.

Brizna de derecho de admisión

24 de octubre de 2016

“El hombre es el camino más corto entre la vida y la muerte”. Cioran. Con baches, acredita la lluvia. El hombre, que fue medida del mundo. No se admiten laberintos.

Brizna de trago

18 de octubre de 2016

“¿Se pierden para siempre / las palabras que olvidamos?”. Tomás Sánchez Santiago, Pérdida del ahí. Las palabras que aprendemos, ¿llegan a existir? “No esperes demasiado de la lucidez”, no mueve la sintaxis; mueve las reglas que la estudian. Es tanta su tracción que no hay quien la desplace. Necesita atracciones abstractas. “Pon / la punta más amada de la lengua / en lugares con sal / ahí donde quema tanto la luz / de lo pronunciado”. Escribir, pues, es como tomarse un tequila.

Brizna de Dylan

13 de octubre de 2016

“La presencia abrumadora de la literatura (…) te empujaba de forma implacable a abandonar tu pasión por la idiotez”. Bob Dylan, Crónicas. La cultura tiznó su cerebro desde joven. Viejos tiznados por costuras de jubón cuestionan el Nobel. La Academia tiene el compromiso de reconocer los otros lugares de la literatura: la política a través del discurso –Winston Churchill-, el periodismo por medio del reportaje –Svetlana Aleksiévich-, y así. El rock, en sentido amplio, se congratula. La música moderna lo merecía. En la clásica retribuyeron laurel a los libretistas –léanse Hugo von Hofmannsthal y Lorenzo da Ponte-. La canción no es poesía a pesar del verso, cierto, pero la canción es un género literario, o subgénero poético, desde antiguo. Necesita de música. Como la ópera. Como algunas miradas. Por eso tantos poetas la han practicado. Lorca, Bretch, busca y te saldrán decenas. Todas las expresiones artísticas están comunicadas, parece mentira que haya quien no se entere: sin poesía –o sea, sin música-, ¡la escultura tampoco sería escultura! Encontrar la sílaba al fonema es arduo; en el noventa y nueve por ciento, las composiciones carecen de altura. Hoy Suecia, entre otras cosas, honra al siglo XX. Los Nobel no suelen fallar. Borges está a años luz de Dylan. Pero Dylan merece el suyo más –y me mojo- que Tranströmer y que Szymbroska. Y si él no lo merece -en plan purista-, ellos tampoco -también, en plan purista-. [Metidos en harina: Murakami, otro candidato, es muy buen autor, no excelente: jamás merecería el galardón por exceso de subrayados en su obra] “Algunos detalles prefiguran lo que está por venir, pero uno no siempre los reconoce. Entonces, pasa algo inmediato que te proyecta a otro mundo, a lo desconocido, y lo entiendes instintivamente. Entonces eres libre”. Sólo en libertad existe la vida. Sólo con libertad, la obra de arte. Tres elementos, señala Bob, “si falta uno, no sirve”: experiencia, observación, imaginación. Los ingenuos creerán que Dylan es el folkie de hace medio siglo, Blowin’ in the wind y esas cosas -que salvo ellos nadie escucha-. Lo peor del Premio será aguantar algunas glosas. Ignoran que Dylan lleva décadas en los discos más radicales y los directos más oscuros. Que irle a ver por las buenas, sin saber, causa la misma impresión que tiene el que parpadea con la esclérotica raspada y dice: “Espera, se me ha metido algo en el ojo”. Más áspero que un felpudo, ese es. El que escapa al tópico. Al que no se puede encerrar porque atraviesa paredes. El que vive en un autobús y se alimenta de hamburguesas. El que esculpe y pinta. El posmoderno de la modernidad. Cuya inteligencia no la sostienen las columnas de la Biblioteca del Congreso de EEUU. “Tenía muy poco que ver con la generación a la que se suponía que iba a dar voz. Se trataba de ser coherente. Me sentía más vaquero que Flautista de Hamelin (…) El mundo necesita siempre alguien que encabece la carga contra el Imperio Romano”.

Brizna de Fo

13 de octubre de 2016

“Soy ateo pero cultivo la duda”. Dario Fo. ¿Cabe otra cosa? En la muerte no hay más censura que el canto de las aves perturbando la paz del cementerio. Por fin, la libertad.

Brizna de restos

12 de octubre de 2016

“Advierto el andar / de alguien que me sigue, / y el eco de otros pasos / que tal vez son los míos”. Dionisia García. Somos una pisada del tiempo. El reflejo indistinguible de una sombra. “Los árboles sin hojas lucen su osamenta” y el ciclo de la naturaleza se detiene en la hoja caduca. Hay pintadas en el cielo que prorrumpen: “Temía no haber existido”. En ellas, el testimonio de la duda: ¿eres la proyección caprichosa de tu mente?

Brizna de Wadja

9 de octubre de 2016

“No hay que esperar a que venga una idea genial”. Wadja. La inercia te lleva a que la vida sea lo que pasa mientras esperas que algo ocurra. En realidad, la vida no es más que una elipsis. Un subir por las escaleras. Algo que los directores cortarían en Montaje. Unos peldaños que, perfectamente, pueden subir hacia abajo y dejarte a ras de suelo: sabemos por Escher que la proyección sobre plano es dual y equívoca. Por eso hay que defenderse y pensar que las ideas irán tomando forma. “No hay que parar”.... ni acelerar.

Brizna de estaciones

4 de octubre de 2016

“La primavera del invierno, la estación que prefería y que sólo dura unos días”. Modiano, El horizonte. Ese helor, esas flores, ¿son promesa de lo que fue?, ¿anuncio de lo que será? El futuro es melancólico porque hace votos con el pasado. Con el volante se avanza; con el retrovisor también. Piensa que la esperanza es triste en origen, y devocional en su desarrollo: “A mí nunca me ha parecido el otoño una estación triste. Las hojas secas y los días cada vez más cortos nunca me han hecho pensar en algo que se acaba, sino más bien en una espera del porvenir” -En el café de la juventud perdida-. Después del otoño, la primavera. Después de la primavera, el invierno. Después del invierno, la primavera. El verano es interregno.

Brizna de hocico

27 de septiembre de 2016

“Pintar es asomarte a un precipicio”. Ramón Gaya. Sentencia que parece lorquiana. No extrañe: los contrarios son semejantes: abstracto acaba tanto lo desnudo como lo distorsionado. “[Pintar es] entrar en una cueva, hablarle a un pozo / y que el agua responda desde abajo”. Justo ayer me daba con Martín Garzo en Correos y me decía algo similar: “Escribir es seguir un rastro como un perro”. No sabes dónde te guía. Incluso lo puedes perder. La semana pasada previne a un amigo de Benjamin Black: las novelas -más que geométricas, cuadriculares- en las que todo encaja desde un principio, ahora y siempre; en las que el autor hace del mcguffin un Todo compacto, ¿qué interés representan? ¿A mí qué me importa que Pepita se case con Juanito porque el autor así lo dispone? En el caso de Banville, te dejas mecer y la narración te lleva hacia donde ni tan siquiera él sabe. Mantengo el beneficio de la duda en razón de que no todos los firmantes son iguales, y de que a Onetti y Félix Grande les agradaba Chandler. Pero disfruté hace dos semanas de la puntería de César Aira: “Uno puede hacer cosas tan blasfemas como cansarse de Shakespeare, de Kafka, de Henry James, y ponerse a leer novelas policiales (…) La relectura está implícita en toda buena literatura (…) La novela policial es por excelencia lo que no se relee, ya que es su propio spoiler (…) Si no hay promesa de excelencia no vale la pena empezar siquiera (…) La calidad, más que un elemento constitutivo, diría que es el elemento generador (…) No podría ser de otro modo, tratándose de una actividad sin ninguna función que la justifique ante la sociedad; necesitada de ser buena para existir ”. En el género por el género no hay manantial bajo el pozo. Si caes, ni siquiera morirás ahogado. Lo harás de inanición.

Brizna de riesgo

22 de septiembre de 2016

“Quien se aproxima al abismo no debe sorprenderse de saber volar”. Walter Benjamin. Ni de estamparse contra el suelo.

Brizna de alas

16 de septiembre de 2016

“El escritor debe aspirar a escribir una obra genial. De otra manera está perdido”. Cyril Connolly. Si apuntas al cielo puedes cazar un pájaro. Si disparas al suelo, como mucho, una rata. La ambición es detestable en la vida, ineluctable en la obra.

Brizna de barcos

12 de septiembre de 2016

“La definición de lo bello es fácil: lo que desespera”. Valéry. Aquello que te mata, mientras sigues vivo. La belleza no es complaciente; inquieta como arte incómodo. Pienso en la declaración de Fabio Biondi: “Lo auténtico resulta inalcanzable”. Lo peor es que no lo atrapas... pero se deja tocar. Nunca hundir.

Brizna de ramificación

9 de septiembre

“El hambre de espiritualidad crece en la medida en que decrece el prestigio de la religión”. Pablo D’Ors. Pasamos del árbol de la ciencia al árbol de la vida.

Brizna de canon

7 de septiembre de 2016

“Resultaría aberrante después de leer a Rubén Darío aceptar que Núñez de Arce es un gran poeta”. Sergio Pitol. Las vacas poseen estómagos descomunales. Cuando escuchamos de todo se puede aprender pensamos en ellas. Deducimos que el que se expresa es poligástrico y a cada comestible le otorga un aparato digestivo. Ni contempla que lo peor sea enemigo de lo malo. ¿Que las vacas leen a Núñez de Arce? Sigan. Frente al rumiante, yo seguiré proponiendo al paquidermo.

Brizna de intenciones

2 de septiembre de 2016

“Una amenaza es más fuerte que su ejecución”. Aaron Nimzovich. Creencia convertida en método a que se aferran autores inconclusos y de proyectos postergados.

Brizna de cercanía

28 de agosto de 2016

“Incomprendido, pero comprensible”. Goethe. No la posibilidad, sino su promesa. El tropiezo nos hace avanzar: la jirafa no llegaba a la copa del árbol, el burro no alcanzará la zanahoria. Al otro lado hay un espejismo del destino. Nuestras vidas son un cambio de rasante.

Brizna de sepulcro

26 de agosto de 2016

“El amor sirve para morir más cómodamente”. Marguerite Duras, Hiroshima mon amour. La mayor vitalidad, el dolor. El amor es un colchón que hace de la noche un alivio del día. Tiene que ver con la respiración. La muerte no puede esperar. “Aquel jardín podría hacer creer en dios”, al atardecer, cuando la humanidad es una maceta. “Y otra vez le curé la mano”. Los jardines azogan el recogimiento. “Aun no soy capaz de recordar la puerta del jardín”, tras la cual dios no sabemos a qué altura se encuentra, y Resnais escribe pausado, extraviando la mirada. “Entre las ruinas, en invierno, el viento gira sobre sí mismo” y nos roza. La primera ruina somos nosotros; la segunda, nuestra fe. Nos hace suaves la intemperie a imagen de la noche. Nos arruina, y en el acto nos otorga la humildad de saber la muerte venidera. “Quédate en Hiroshima, conmigo”. “Me estás matando”. “A veces entra un gato y se queda mirando. No es malo. Ya no sé nada. Después ya no sé nada”. “¿Cuánto tiempo?”. “Toda la eternidad –con convencimiento-“. “¡Ah! ¡Qué joven fui un día!”

Brizna de gato muerto

19 de agosto de 2016

“Vivir sin ángeles es tener llaves en las cerraduras”. Gunnar Ekelöf. Las trampas no sirven. Si tapas la bocallave no verás a través. La historia de un hombre la construye su mirada.

Brizna de blues

17 de agosto de 2016

“Ruido de nubes que el otoño piensa”. José Carlos Becerra, Los muelles. Cada estación es la misma; incluso la de ferrocarril. Los relojes están parados. El sol es un atrezo. “Aquí está la tarde para designar una ausencia”. Las partes del día son un punto cardinal. No olvidan que al desandar también se hace camino; crecen abrojos en las manos y “queda una hoja de papel (…) / donde está anocheciendo / (…) una brisa sin destino”. El sol sale no más que para iluminar la añoranza y, a la distancia adecuada, obliga a decir: “A veces tu ausencia forma parte de mi mirada / mis manos contienen la lejanía de las tuyas / y el otoño es la única postura que mi frente puede tomar”.

Brizna de vomitorios

14 de agosto de 2016

“Parece que hay tantas escapatorias entre mis labios y la copa de la que quiero beber”. Vanesa Bell a Duncan Grant. No por el límite, sino por su concepto, queremos rendir los mapas. La distancia siempre es adecuada. La vida atasca el vivir.

Brizna de sustracción

11 de agosto de 2016

“Inger: te has de pudrir porque los tiempos son podridos”. Johannes, Ordet, Dreyer. Al revés que en el filme, la cordura nos abandona por no visitar a Kierkegaard. “En este mundo todo está corrompido. Estaremos corrompidas nosotras también”, resuelven dos locas en Las margaritas, de Vera Chytilová. ¿Qué puede hacer el petróleo sino expandirse? La libertad consentida es reaccionaria por derrotista; y el universo, un émulo del aceite.

Brizna de augurio

9 de agosto de 2016

“En las próximas décadas veremos cosas que no habíamos observado”. Kip Thorne. Está muriendo gente que no se había muerto nunca.

Brizna de epíteto

7 de agosto de 2016

“El medio más seguro -y rápido- de sorprendernos es seguir fijando en el objeto una mirada imperturbable”. Pavese, Diálogos con Leuco. La obsesión es creativa igual que la nieve es blanca. “Llegará un momento en que nos parecerá –como un milagro- que nunca antes lo habíamos visto”. Contra la obsolescencia, perseverancia.

Brizna de Petronios

1 de agosto de 2016

“Constante en mis afectos y en mi conducta, infiel a mis emociones”. Sartre. La sujeción del sentimiento frente a la volubilidad de la piel. La emoción engaña; con el intelecto nos autoengañamos. Da gusto citar a Sartre, convertido en cruz de una moneda con la cara de Camus.

Brizna de elasticidad

25 de julio de 2016

“Un poema que tenga un sólo sentido no existe”. Víctor Rodríguez Núñez. Muchas veces olvida esto el propio poeta, contaminado por su lectura. “No basta la huella / se precisa del error”. En él, nuestros límites son de goma.

Brizna de quaestio

23 de julio de 2016

“¿Por qué es tan doloroso caminar?”. Herzog. Puede que las únicas preguntas pertinentes sean retóricas.

Brizna de ósmosis

21 de julio de 2016

“A un lugar sólo llego cuando, allí, inspiro; tomo aire”. Peter Handke. Deducción: la inspiración tiene que ver con eso: el aire. El viento despeina las ideas.

Brizna de grisú

18 de julio de 2016

“Haber llegado a los cuarenta y cinco, o cincuenta, y no conocer Hamlet es como haber vivido siempre en una mina de carbón”. Berlioz. ¿Ahora comprendes por qué te cruzas con tanto viandante que porta una luz encima de la cabeza? “Después de dios, Shakespeare creó la mayoría de las cosas”. Ser un genio conduce a la blasfemia. Berlioz, por cierto, dijo que antes de Beethoven “había poca música”. Recuerda otra frase, de Lennon, quien, más estricto, estableció que previo a Elvis “no había nada”.

Brizna de operación combinada

12 de julio de 2016

“Benditas sean las cosas que siempre llegan tarde”. José Miguel Ullán. De la derrota salimos ganando. A tiempo llegan los sudados y los tramposos. Sin embargo, Ullán se aprestó y murió antes de tiempo. La contradicción es la coherencia del hombre.

Brizna de Kiarostami

6 de julio de 2016

“La técnica es accesoria”. Kiarostami. Aquello que se puede aprender, ¿merece la pena ser enseñado? La verdad no espera a que la encuadres. De hecho, no es cuadriculable, siempre fue redonda. “Sin las ideas, el cine no existe”. La técnica es un iglú. Te separa del que eres.

Brizna de Bonnefoy

4 de julio de 2016

“Renunciar a la poesía dispone a la extinción”. Yves Bonnefoy. Se podrá decir más alto. El homo sapiens blasfema al asumir la inteligencia artificial. Sabe que la poesía “nos conecta profundamente con el mundo”, pero subestima la ligación, como un Neanderthal cualquiera; como interpretando, caprichoso, la acechanza de Hawking: “Nos quedan mil años en el globo”. Vivir en la vacuidad no acercará las colonias exteriores. La robótica no es un perfume: no habrá embrión, placenta, ni fiesta de cumpleaños. “Todas las cosas de este mundo son una metáfora”, estableció Goethe. La primera figura retórica, nosotros. Puede que la vida empiece fuera de la vida, pero sin la segunda no hay lugar a la primera.

Brizna de imposibilidad

30 de junio de 2016

“Lucho con las cosas, más quizá que para conocerlas, para saber por qué no las puedo conocer”. Chillida. O simplemente para dejar constancia que las desconozco. Tampoco lo sé.

Brizna de delación

26 de junio de 2016

“Lo malo de la izquierda estadounidense es que traicionó para salvar sus piscinas. Somos pocos los que no hemos traicionado nuestra postura, los que no hemos dado nombres”. Orson Welles. En las piscinas siempre cubre poco. Los colaboracionistas no se atreven con el mar, su oscuridad es más humana que poética. Renuncian a los peces. Su urna es funeraria.

Brizna de aproximación

23 de junio de 2016

“Aprende a ser el que eres”. Píndaro. Léete, en el autoconocimiento no cabe la trampa. Lo máximo a que puedes aspirar es a parecerte a ti. Los demás sólo verán tu reflejo. Si te haces a tu medida dormirás a pierna suelta, incluso los días inflamados del estío.

Brizna de complejidad

19 de junio de 2016

“¿Esa mancha representa una montaña?”. “No tengo ni idea, también podría ser un sofá, ¿no te parece?”. Paul McCartney y De Kooning. Ni el diccionario agota la normatividad: el significado justo simplemente inexiste: naturaleza no es lo mismo en el Drae que en Greenpeace, que en Filosofía, ni, dentro de ésta, en Aristóteles. Antienciclopédico, el arte hasta se mea en las paredes de la Academia. Las obras escapan del autor no cuando el público las acoge, sino cuando de él depende la interpretación. Quién dijo que la claridad era necesaria.

Brizna de difusión

15 de junio de 2016

“Recuerdo la impresión de que se estaba cometiendo una injusticia conmigo y el profundo resentimiento que sentía hacia ti: publicabas en las editoriales que yo quería, y lo angustiante es que, además, lo hacías con libros muy buenos”. Patricio Pron a Rodrigo Fresán. ¿Cuándo se pasa de inédito a édito? Siempre hay lectores que no te conocen, y deberían. Mientras su mirada no pase por tus letras, no dejarás de inexistir. Nada cambiará haber publicado. Siempre somos un poco inéditos. Y, sobre el arte del resentimiento: cuanto más hiperbólico, menos patético. En casos como éste, el humor lo convierte indistinguible de la exaltación de la amistad.

Brizna de calificaciones

13 de junio de 2016

“Faulkner no está mal”. John O’Hara. Un peligro de todo escritor es darle vueltas a la infravaloración de su obra. Las cajas destempladas son el termómetro de la envidia. O’Hara creyó merecer el Nobel y se piensa que hasta eligió su epitafio: “Él, mejor que nadie, contó la verdad de su época”. Al final, todo es el prestigio: el reconocimiento comercial sólo sirve para lamerse las heridas con la lengua bañada en oro. O’Hara vendió veintitrés millones de unidades, pero su estela veía que duraba lo que la de un buque fantasma. Sabía que había escrito mucho, más que su amigo Fitzgerald y su admirado Hemingway. Pensaba que él era mejor autor, pero sabía que sus relatos no lo eran. Autoengañarse es más difícil de lo que parece. Lamentarse, todo lo contrario. Quejarse y quejarse y quejarse es patético hasta cuando se tiene razón. Imre Kertész la perdió a base de egotismo en La última posada. Dejó una obra que podía haber sido muy buena en interesante.

Brizna de sombra

7 de junio de 2016

“La pintura es más fuerte que yo. Siempre consigue que haga lo que ella quiere”. Picasso. La libertad de estar sometido. El arte y sus feromonas.

Brizna de disyuntiva

2 de junio de 2016

“Del lado de la vida y no de la muerte”. Cortázar a Pizarnik. Y en la repisa de la vida, la muerte, como un búho, o un gato, perimetrando la oscuridad. Creímos que el reguero era uva pisada. Y aquí andamos, del lado de la muerte, integrando la Última Generación, siguiendo a Pizarnik, sin saberlo. La vida es un barbitúrico sin antídoto y la inteligencia artificial, un harakiri sin sangre.

Brizna de contemporaneidad

28 de mayo de 2016 

Yo no hago música antigua. Interpreto melodías que fueron creadas hace muchos años”. Jordi Savall. No hay trazo más grueso que la prisa. Los siglos no la tienen; la historia, que sigue en pie, tampoco. “Cada vez que se toca, la música renace de forma diferente”. En el mundo analógico hay reinterpretación; en el digital, copia. Las personas que gustan de cambiar cada poco de melodía son digitales; no se dan cuenta de que en el centro –que siempre es analógico- caben los márgenes, ni de que “sólo son antiguas las partituras”, los colores, las palabras, las ideas; reinterpretables en la misma piel y el mismo cerebro, donde las notas son siete, cifra suficiente para el infinito.

Brizna de destellos

21 de mayo de 2016

“El deseo de luz produce luz”. Simone Weil. La recompensa es un síntoma.

Brizna de cebo

19 de mayo de 2016

“Eso que no somos, pero que podríamos llegar a ser o que pudimos haber sido”. Héctor Abad Faciolince. Si el gato atrapa al ratón, lo deja de perseguir.

Brizna de letra capitular

15 de mayo de 2016

“Cada verso contiene el germen de una prosa”. Melcion Mateu. La poesía es el líquido amniótico de la literatura. Y cabeza, tronco y extremidades; la escritura de la lectura.

Brizna de ineficiencia

11 de mayo de 2016

“Sentir es estar distraído”. Pessoa. Estar pendiente de todo es una dictadura. El despiste es mejor sistema político.

Brizna de perfume

5 de mayo de 2016

“Los libros se huelen, y, después, algunos, se leen”. César Ruano. Diario íntimo. Los gatos leen la vida con la nariz. Se saltan un paso. Queremos copiarlos. ¡Queremos tantas cosas!

Brizna de cumpleaños

2 de mayo de 2016

“Ante aquellos preparativos, sobre todo velas encendidas alrededor de ventanas acortinadas, el niño parece haberse llevado un susto de muerte (…) y queda (…) perturbado”. Marie Luise Kaschnitz, Aún no está decidido. ‘Que la tierra te sea leve’ parece menos severo que aquello de ‘que cumplas muchos más’. Deseos con apariencia de condena; admoniciones, maldiciones, con semblante bienaventurado. Vivimos gracias a ceremonias execrables. La cotidianidad no hace de nosotros un cuerpo menos convicto. La vela que apagas es la que prende edificios. Tú mismo caerás desplomado un soplido de estos.

Brizna de inhabilidad

28 de abril de 2016

“Nunca entendí por qué debería dar encuadres feos (…) Este trabajo se hace con motivación personal y técnica, y cuando uso la segunda siento que estoy engañando”. Sorrentino. La imperfección es antropocéntrica.

Brizna de recua

22 de abril de 2016

“Anduvieron tras la nada y nadearon”. Jeremías. El esfuerzo posee su recompensa.

Brizna de derrota

15 de abril de 2016

“Juzgadme con clemencia”. E. Dickinson. Parece el epitafio de Brian Jones. “Más dulce es el triunfo / para quien no lo obtiene. / Apreciar bien un néctar / pide desesperanza”. A nosotros, mortales, se nos permite, en los mejores casos, apreciar la vida.

Brizna de condición

8 de abril de 2016

“La realidad sólo existe si la soñamos”. Marsé. La ficción marca el territorio como los gatos. Y la vida sigue el rastro del arte.

Brizna de sobrevaloración

1 de abril de 2016

“Descienden al fondo del abismo. / -si tiene fondo no es nada-”. Jorge Tamargo. El fondo es una liposucción. La red del mal equilibrista. Una trampa para el espectador. Un pecado para el arte. Quedémonos, sigámonos quedando, con la forma. “El azor vuela. ¡Por fin! / Lo profundo es el aire”.

Brizna de Kertész

31 de marzo de 2016

“Tengo que representar el papel de Kertész y me sale mal (…) la escritura lo convierte a uno en otro”. Kertész. El siglo XX hizo un rodeo y, para fortalecer el yo, primero lo disolvió. El artista pesaba más que la persona… las causas, por tanto, no fueron políticas –fruto de totalitarismos- ni filosóficas –provenientes de la muerte de dios-, sino artísticas y de inspiración moderna. Y antes todavía: el Rey Sol era un aprendiz de Montaigne. “Yo soy de Berlín”, decía Kertész. Le daba igual de dónde fueras tú. Le importaba que allí había tres casas de la ópera y que él pudiera acudir. “Una persona cosmopolita no puede pertenecer a Budapest (…) en cambio, puede pertenecer con toda tranquilidad a Berlín (…) La vieja pasión húngara, la hipocresía, la tendencia a la intolerancia, es en la actualidad tan característica como lo ha sido siempre (…) no han aprendido nada (…) Soy producto de la cultura europea, un decadente, si le parece, ¡no me ponga la etiqueta de Hungría! Ya es bastante con que sus compatriotas hayan hecho de mí un judío”. Otro gigante enfrentado a su país, a sus raíces -“Hungría jamás se ha preguntado por qué ha estado siempre en el lado equivocado de la historia”-; él no ha caído en la tentación del orientalismo, que siempre brilla desde fuera: “Nací occidental, soy europeo occidental”. Y consciente del tablero en que se movía, o quería moverse, elegía las piezas con las que jugaba: “El arte siempre necesita de la distorsión, de la exageración. A mí no me interesan las ideas, me interesa la estética”.

Brizna de durmientes

30 de marzo de 2016

“Entre dos oscuridades, un relámpago”. Vicente Aleixandre. Tanta gente parpadea en el instante de la luz... ¿o dormita, perdiéndose, igual, la oscuridad? ¿Bastarían truenos para despertarla?

Brizna de órbitas

25 de marzo de 2015

“Levantarme en mitad de la celebración de la misa (…) a la caseta de las confesiones no obedecía nunca a una necesidad. Ocurría por puro aburrimiento. Sin duda: el aburrimiento puede convertirse en una especie de necesidad”. Peter Handke, Ensayo sobre el lugar silencioso. Una causa del declive en los lectores es que desprecian el aburrimiento y buscan entretenerse. Dejaron de dar vueltas al sol por miedo a estirarse y poner la mano en el fuego. “No era raro que hubiera periodos en que deseara tumbarme en la cama de la enfermería del internado (…) sin estar enfermo aunque a ser posible con fiebre alta (…) sin pensar en nada que no fueran, de la mañana a la noche, las figuras geométricas, o de otro tipo, que había en las sábanas”. Santas. Horizontal es la posición sobre la que la Tierra gira.

Brizna de Jonás

20 de marzo de 2016

“Me encantaría ser una brizna de heno”. Emily Dickinson. Y acabar dentro de un animal, a ver si tiene alma. Heno, variante seductora del afán humano por ser árbol y ser ave.

Brizna de nutricionismo

15 de marzo de 2016

“No me atrevo a dar consejos / (…) / pero es eterno el sabor de la nata / y el olor a azahar de la naranja”. Osip Mandelstam. Un postre sabroso sustituye una lección de filosofía.

Brizna de prosaísmo

12 de marzo de 2016

“Mi vida era fantástica porque era prosaica”. Holan. Normalidad bien temperada. La ceguera de Borges no le impidió escribir ni vivir. Ni siquiera dirigir la Biblioteca Nacional, cargo que aceptó al año de perder la vista y a pesar de que no alcanzaba a leer los lomos del casi millón de volúmenes que tenía alrededor. No hay que montar en globo a menudo para ver el cielo. Es más: el cielo desde el cielo es invisible. Lo que sí se puede es, dentro de una vida prosaica, defender la ceguera como lente de aumento. La seriedad no está reñida con la extravagancia.

Brizna de lo real

8 de marzo de 2016

“Todo es real”. Jorge Esquinca. Pero no siempre todo pertenece a la realidad. Lacan siguió las miguitas que Kant dejó por el suelo. La realidad es contingente. La condición para que tú y yo existamos pasa por lo real, una forma de alma, o de sombra sin sujeto, o de poesía “vertical como el trazo de un géiser”. Ni Kant ni Lacan llegaron al realismo porque no se metían en charcos, sino donde cubría. Nos decimos todo es real para no caer en el relativismo en que tú y yo seríamos las primeras víctimas del lenguaje, convirtiéndonos en seres inexistentes. Inventamos ficciones para pensar que no formamos parte de ellas. Para creer que existimos.

Brizna de prescripción

4 de marzo de 2016

“Madrid, de noche, bajo el vapor etílico, no exhibía ninguna de esas máculas visibles bajo su luz velazqueña”. Marta Sanz, Farándula. Velázquez puso, con su apellido, nombre –más que adjetivo- al cielo de Madrid. Obviamente, primero fue el huevo, y el huevo en este caso es el pintor. La vida es gallinácea, y si una tarde vemos que la luz no es suficientemente velazqueña, la corregimos en nuestra imaginación con unas nubes. Las cosas han de ser lo que son. La belleza, que no es adorno, a su aire; ora muestra, ora esconde “la suciedad adherida al pavimento, los locales abandonados, el olor a zotal, los limosneros, la reja echada que ha dejado de chirriar”, las huellas borradas de quienes no trillamos ya sus calles y el olvido en el olvido, que no deja de ser otra reja bajada, como la cabeza del animal humillado. Eso es el ayer. No importa que chirríe si está lejos y nadie lo oye.

Brizna de condiciones sine qua non

3 de marzo de 2016

“Me pregunto si no serán los libros imposibles los únicos que merece la pena intentar escribir”. Cercas, El punto ciego. E intentar leer. Las características de la novela surgen de la poesía y presiden cualquier manifestación artística. No por sabidas no hay que citarlas, particularmente en tiempos como éstos, en que la decadencia acampa sobre la cultura, y baja la cima de la montaña a la falda, para que cueste menos llegar. Adonde los falsarios acceden, sudados, con mallas de colorines y cinta en el pelo. Y no sólo falsarios, también reaccionarios que no saben, o no quieren, unir la necesaria tradición con la necesaria vanguardia. O sea, ser Modernos –clásicos- y modernos –contemporáneos-, con mayúscula y minúscula. Algunos ejemplos. “Nuestros ojos tienen un punto ciego. El cerebro suple lo que el ojo no ve. A través del punto ciego, las novelas ven; a través de esta oscuridad iluminan”. Oscuridad sobre claridad. “El realismo alienta la ambición de crear un mundo cerrado”. Ficción. “Las verdades múltiples (…) por eso teólogos y comisarios políticos han recelado siempre de la novela. No hay novela digna de tal nombre que no entrañe un gesto de rebeldía”. Polisemia y multiperspectivismo. “La literatura es comprometida. No es un juego ni un pasatiempo”. Conocimiento, no entretenimiento. “Toda novela consiste en una búsqueda de respuesta (…) la respuesta es que no hay respuesta. La respuesta es la búsqueda”. Sentimiento sobre razón y movimiento sobre inmovilismo. “No hay una respuesta clara, unívoca, taxativa. Sólo una respuesta ambigua, equívoca, contradictoria, esencialmente irónica”. Ambigüedad. “Igual que el cerebro rellena el punto ciego del ojo, el lector rellena el punto ciego de la novela, permitiéndole conocer lo que de hecho no conoce. Llegar hasta donde por sí sola nunca llegaría la novela”. Subjetividad. “La respuesta, únicamente en manos del lector (…) Es el lector quien crea el libro”. Lectura como forma de escritura. “Sumergirse en un enigma para volverlo irresoluble, no para descifrarlo. Silencio. Ceguera. Oscuridad”. Inconsciente y desconocimiento. “Una mala historia bien contada es una buena historia, y una buena historia mal contada es una mala historia”. Forma sobre contenido e innovación estética sobre repetición y simplicidad. “La verdad de la historia es factual y la de la literatura, moral, abstracta, universal”. Abstracción. “Si tuviera que resumir su argumento…”. Subtexto sobre texto y temas sobre argumento. “Lampedusa distinguía entre autores implícitos y autores explícitos, y alababa a los primeros y abominaba de los segundos”. Connotación.

Brizna de pasos

29 de febrero de 2016

“Si no aprecias aquello que no tiene utilidad, no puedes ni empezar a hablar acerca de aquello que la tiene”. Chuan Zu. No hace falta estar versado en arquitectura para advertir por la calle multitud de construcciones empezadas por el tejado. Pero sin afán surrealista. Son edificios y personas realistas.

Brizna de persona

25 de febrero de 2016

“Amo de mi existencia las horas tenebrosas / en que se profundizan mis sentidos”. Rilke. En las que salgo de mí, siendo, al borde casi del no ser. La claridad total es una trampa; una línea de llegada, si la cruzamos dejaremos de caminar. Está trazada con pintura intransigente. Mientras haya noche habrá civilización.

Brizna de olfato

22 de febrero de 2016

“Un pedazo de materia está vivo cuando sigue haciendo algo, ya sea moviéndose, intercambiando material con el medio, etcétera”. Schrödinger. Lo contrario de vivo no es muerto -sobran cadáveres andantes-, sino dormido, acrítico, pretérito.

Brizna de presencias

19 de febrero de 2016

“Afuera están la noche y la luna”. Pelayo Fueyo. Y noche y luna significan cosa distinta de la que son. La muerte nos nace para lucirse. Se quita, a través de nosotros, la vida. La realidad como amenaza cuando te dices: “Mi voz es vaho en el espejo”.

Brizna de anticonfort

15 de febrero de 2016

“Transformar lo familiar en extraño y lo extraño en familiar”. Coleridge. La poesía es una forma que la perversión tiene de manifestarse en el mundo. Ojalá un león les coma un brazo a quienes escriben como familiar lo familiar.

Brizna de frontispicio

12 de febrero de 2016

“El límite de la moral radical es nuestra imaginación”. Orhan Pamuk. La ética de la música son las esferas. “El moralismo (…) no es oportunismo, es instinto de supervivencia en el caótico mundo”. Y no tiene reglas. Tiene compases.

Brizna de insomnio

9 de febrero de 2016

“Las flores siguen rojas: el color no duerme”. Antonio Deltoro. Detrás de la última pared del universo se está construyendo una habitación. “Por lápida la palabra, no la piedra tallada”.

Brizna de motus-us

6 de febrero de 2016

“La libertad no es un movimiento, sino un poder moverse; y en el poder moverse lo que importa es hacia dónde”. Castellani. Ello diferencia evolución de progreso. Los movimientos, mejor artísticos que políticos. “El nombre, Dadá, lo encontró Tzara en el diccionario el 8 de febrero de 1916 a las seis de la tarde. Hojeaba el Larousse y apareció esa palabra, dadá, que significa caballito (...) infancia, primitivismo, renovación y puridad” –Marcel Janco-. El caballito, pendular, expresa movimiento pero está quieto. Es la escritura misma. La libertad la  invocan las Constituciones; junto a los derechos. El arte, no; porque, salvo el academicista, ya la tiene.

Brizna de ajedrez

1 de marzo de 2015

“Gana el que comete el penúltimo error”. Vasily Panov. Resultado: en las cosas importantes, siempre perdemos. “Los errores están ahí, esperando a que se cometan” –Siegbert Tarrasch-. Una palabra mal colocada arruina la página entera. Pero el silencio es -Betadine y- derrota.

Brizna de verificación

25 de enero de 2016

“Un escritor nunca debería preguntarse por qué o para qué. La única pregunta es cómo”. Raúl Ruiz. Como al soldado la valentía, al escritor se le supone manejo en la palabra. Cada vez, más clara la impresión de que lo determinante no es hacerlo bien, o muy bien, sino aportar algo. El cambio de un periodo a otro en la Historia no lo marcan los temas ni la destreza académica -ni siquiera el pensamiento en primer plano-, sino el estilo y, sobre todo, la forma.

Brizna de visiones

20 de enero de 2016

“Entre las cosas viejas busco / lo nuevo”. Nuno Júdice. Somos hablados desde lo sido. El augurio es una permutación.

Brizna de Historia

18 de enero de 2016

“Tan torpemente como tropieza una y otra vez el apetito de la gallina sobre las piedras, así vamos nosotros”. Antonio Deltoro, Algarabía inorgánica. Cualquier suelo es un restaurante. Cualquier restaurante, un suelo. “Él, rojo (…) llenándose el buche con grandes trozos de carne, había un gesto estúpido y cerril en su rostro gallináceo”. Al Beethoven más sordo le llegaría el cacareo; en la cantina, en institutos y universidades, en la televisión. En los museos: una vez vi a una vigilante de planta sostener Cincuenta sombras de Grey [grey quiere decir, textualmente, rebaño de ganado menor]; tuve que reprimirme para no solicitar el libro de reclamaciones. “Alas de sangre, alas no de aire sino de tufo de corral, manchada por la mezquindad del no elevarse”. Ansia de compresa. “Tienen alas y no vuelan (…) Condenadas por su cobardía a la superficie, llevan en su carne, carne de gallina, el castigo”. El maestro replica al alumno: ‘El que ose levantarse, copiará cincuenta veces no volveré a levitar’. Gallinas todos, quisiera sojuzgadas por el Angelus Novus, tan lejos. Paul Klee representó al ángel hocicudo que miraba al Este a punto de la espantá. “Ve una catástrofe única”, dijo Benjamin. Nos repusimos de la catástrofe viviendo en ella. Ahora la catástrofe tiene grandes ventanales y calefacción central. Y el ascensor, mal que bien, tira de nosotros para arriba. Benjamin, Bataille, Adorno... los autores modernos abrazaron el arte nuevo, aquel que despertó arcadas en el nazismo. La ilusión ilustrada se mantiene en pie gracias a la renovación constante del arte, que es como una renovación invisible atmosférica. De momento, el rascacielos no cede; se tambalea, pero la arquitectura previó que los pisos altos oscilasen. Tomamos té con el Angelus sabiendo que los corrales de la noche hacen de la madrugada un insomnio. El hombre es un gran faisán en el mundo, libro genial de Herta Müller. Faisán, otro ángel caído, misma cabeza, mismas patas; “tienen alas y no vuelan”.

Brizna de huevo o gallina

15 de enero de 2016

“Las islas crean poetas porque ser poeta es estar aislado”. Refrán irlandés. Las islas, ¿son excéntricas o concéntricas? ¿Su dibujo redondo esconde un cóncavo recóndito? ¿Es el mar el núcleo o lo es la tierra firme? ¿Las islas aíslan o aísla el mar? ¿La poesía debe más al mar o a las islas?

Brizna de Bowie

11 de enero de 2016

“El rock tiene un peso completamente distinto. Cuando yo era adolescente, representaba una revolución subversiva, una forma de ser anti-establishment. Ahora se ha convertido en una forma de transmitir información. Probablemente, el papel revolucionario lo ha asumido internet”. Bowie, en 1999. El rock es como la novela: cada año predicen su muerte inútilmente. Sobreviven porque se adaptan al recoveco. Bowie, científico de la música moderna; optimista y agradecido. Sacrifiqué a Vermeer por él en el Victoria and Albert. “La verdad es que amo mucho la vida”. La eternidad se enamoró de ti.

 
 
 

Brizna de cetáceo

7 de enero de 2016

“El hombre tiene siempre el deseo de algún objeto monstruoso. Su vida sólo tiene valor si la somete por completo a esa búsqueda”. Jean Giono, Homenaje a Melville. La oscuridad no se ve, se oye y se palpa. Nos apoyamos en el arte como en una pared -la quinta pared-. Lo usamos para conjurar el ser pulsional que somos, y levantar, en el edificio de la representación simbólica, una habitación para el deseo. Giono se deja llevar paseando y leyendo Moby Dick. “Tal como se afirma varias veces en ese libro, y de manera más bella de lo que jamás podrá decirse, cuando se arponea a la ballena hay que seguir su rastro; cuando se hunde hay que esperarla”. Somos espías disfrazados de personas. Y también podemos ser ballena, o sea, arponeados.

Brizna de enmarcación

5 de enero de 2016

“La claridad, como una veladura, cubrirá el cielo”. Ahmed Hasim. Ahora que radiografían las pinturas, las personas debieran llevar cristal antirreflejo. Velázquez optó por un paspartú y se pintó un cuello de lechuguilla, fabricado con lienzo.

Brizna de pintura al aceite

1 de enero de 2016

“Abramos el telón y dejemos que el juego comience. / Somos actores, aquí nuestro número”. Hoefle-Lewis-Sherman, ‘When the curtain comes down’. El primero de enero es un buen parquet para acuchillar con bailes que recuerden la ficción como vehículo mayor de la verdad. “Algún día la cortina caerá (…) La vida no siempre puede ser una canción”. El horizonte tampoco. Ni promisorio ni inalcanzable. Más vale defenderse de él. Si te aproximas mucho, piensa en Caillebotte; gira el cuello: cada punto cardinal esconde un confín –el norte es una conspiración de las focas-. El horizonte, más que caerse, te tira para después enterrarte. El primero de enero es un volver a empezar. Lo inventamos por que el cerebro respire.