8 de marzo de 2016
“Todo es real”. Jorge
Esquinca. Pero no siempre todo pertenece a la realidad. Lacan siguió las miguitas que
Kant dejó por el suelo. La realidad
es contingente. La condición para que tú y yo existamos pasa por lo real, una forma de alma, o de sombra
sin sujeto, o de poesía “vertical como el trazo de un géiser”. Ni Kant ni Lacan
llegaron al realismo porque no se
metían en charcos, sino donde cubría. Nos decimos todo es real para no caer en el relativismo en que tú y yo
seríamos las primeras víctimas del lenguaje, convirtiéndonos en seres inexistentes. Inventamos
ficciones para pensar que no formamos parte de ellas. Para creer que existimos.