25 de febrero de 2011
"La cámara de nacimiento de la novela es el individuo en soledad". Walter Benjamin. El individualismo líquido -hiperrealista en el caso de la juventud- es una marmita donde bullen personas mimadas, resignadas, acríticas, desideologizadas y desconfiadas que van directas -y nos llevan- a la soledad máxima. ¡Cualquiera pensaría que están escribiendo novela! No: están redactando una mierda de tragicomedia churra en medio acto con faltas de ortografía.
Brizna de soledad
Brizna de deseo
20 de febrero de 2011
"El amor es un pensamiento". Fernando Pessoa. Lo que yo encuentro parejo a aquello de Machado: "El amor es ficción". Las personas necesitamos del cortejo de las ideas para vestir los sentimientos -normalmente, primarios-. El amor, según Freud, no era más que un adorno de la libido.
Por su parte, la pasión es fortuita y engañosa. Con ella el amor sólo tiene derecho a cocina. En una segunda etapa o muere o, mejor, se transforma, como la energía. Y ahí desemboca en deseo, que es algo más cerebral, conveniente y permite la perdurabilidad.
Brizna de divertimiento
18 de febrero de 2011
"Nuestra civilización sólo pretende divertirse hasta morir". Jon Juaristi. Será por eso que habita la infelicidad. El autor lo suelta sin criticar -"llueve sobre mojado"-, como definiendo y, sobre todo, citando a Neil Postman, autor de la frase. Juaristi es un personaje polémico, converso de mala baba -o mala hostia-, pero inteligente, como tantas veces sucede. El titular me recuerda una expresión que he oído recurrentemente estos días y que no es nueva: salir de fiesta. Lo que antes era salir a secas se ha vuelto unánime e indiscutiblemente salir de fiesta. Suele conllevar discoteca y alcohol y venir pronunciada por cadetes que manipulan el carpe diem con una autoridad como si fueran Horacio. Me parto el culo. Ya puestos, para beber hay que ser César Ruano, si no, nada. Los que llevan esta doctrina radicalmente a efecto son los mismos que ignoran si Córdoba pertenece a Andalucía o a Castilla la Mancha. Y, por supuesto, no se enteran de que forman parte de un ensayo clínico de las teorías evolutivas.
Esta gente es tan libérrima que ve las mismas películas -que no son cine-; escucha -sería mejor decir oye- las mismas canciones -que no son música-; lee -bueno, no lee- los mismos libros -que no son literatura-; y viste la misma ropa. Nunca antes un esclavo fue tan inconsciente de su condición.
A unas pocas páginas hablan de un libro de Michael S. Gazzaniga, autor que incide en el hemisferio derecho del cerebro como enfocado a la percepción y en el izquierdo, a la cognición, que es, contra lo que entiende el común, el del amor. Después de bracear entre sicología cognitiva, etología y neurociencia, Gazzaniga resuelve que nuestras posibilidades específicamente humanas incluyen "la capacidad de preguntarnos por fenómenos de causa y efecto imperceptibles, razonar sobre ellos y explicarlos mediante el lenguaje, el pensamiento abstracto, la autoestimulación, la planificación, la reciprocidad, la matemática combinatoria, etcétera". Uno no está en contra de la diversión, ¡ni mucho menos!, pero ve a la mona Chita más humana que a ciertas patuleas.
Brizna de origen
14 de febrero de 2011
"La vida es una travesía rumbo a casa". Melville. Y no sólo porque la vejez resulta literalmente pueril, sino porque, como es sabido, la existencia consiste en poco más que un absurdo -a menudo ininteligible- donde al ser humano no le queda otra que el deseo de encontrarse. Y esto puede suceder, incluso, en otros brazos. El conocimiento de uno mismo muchos lo pasan en las redes sociales de internet, que es una manera de mirar hacia otro lado sin el vértigo de la introspección. Un hedonismo vulgar.
Dasso Saldívar -él me inspira la brizna- explica, citando a Borges, que Dante edificó La Divina Comedia para encontrarse en el paraíso con su irrecuperable Beatriz, su amor imposible de juventud. "Siempre se vuelve al primer amor", dice el tango. Sólo que el primer amor bien puede ser el último. Porque en la pérdida de lo no tenido cabe lo tenido. Y el destino se ve traspasado una y otra vez por las huellas del principio, en el punto que esté, siempre original como un pecado que nadie cometió.
Brizna de dolor
8 de febrero de 2011
"A mí me han enseñado a convertir la tristeza en arte". Estrella Morente. Ella entiende también que su padre era un genio. Sólo han transcurrido dos meses de su desaparición. La ausencia le ha dejado una vida "rota por la mitad". Lo dice en Londres, donde prepara una actuación jonda que también pasará por Chavela y Nina Simone.
El dolor sólo existe si es verdadero. Entonces, se convierte en un puntal de la vida de las personas. Pocas cosas, acaso el paso somnífero del tiempo, lo contradicen. Sin embargo, la belleza -en el caso de la cantante, venida del flamenco- podría representar una almohada necesaria donde restañar las heridas. Un apoyo, ínfimo, pero un apoyo.
Seguramente la grandeza de los artistas consista en convertir el agua en vino. Debido a su extravío metafísico y su inadaptación natural al mundo, experimentadores de más dimensiones que el resto de mortales, les imagino capaces de sacar fruta del árbol de la ciencia del arte sin frivolizar la desgracia. El dolor es experiencia de vida y en él descubrimos posibilidades y estados de ánimo inéditos. Al escuchar una canción, leer un poema o ver un cuadro podemos sentirnos acompañados, algo así como una extraña solidaridad.
Brizna de canción
6 de febrero de 2011
“Las letras de las canciones no tienen que ver con la literatura”. Chico Buarque. Salvo excepciones, me da que las letras musicales guardan poca relación con la gran dama y eso que grandes poetas usaron como subgénero la canción. La creencia del brasileño me devuelve otra de Aute -“Es más difícil escribir una buena canción que un buen poema”-, de la que discrepo. El arte real se sitúa lejos de la canción media. Y la dificultad es algo que suena casi a magnitud física. Costar, puede también terminar un puzzle. Y comprar una barra de pan.