21 de abril
de 2019
“El silencio no lleva, como la palabra, la huella de nuestros defectos”. Marcel Proust, ‘Sobre la escritura’. Por eso es tentador convertirse en ágrafo trágico. Una mala sílaba emborrona cientos de páginas acertadas. “El silencio es puro, es realmente una atmósfera”. Campos dorados de Millet. Aire en el que reposar. Pero necesitamos el conflicto: después de Barry Lyndon, Kubrick se metió en El resplandor. Y Gran Bros duda entre escribir y no escribir en Esta bruma insensata, de Vila-Matas. “En realidad el tema es (…) una oscilación entre dos conciencias: la que desea tener fe en la escritura y la que prefiere inclinarse por la radical renuncia”. La muerte desequilibrará para siempre la balanza.
“El silencio no lleva, como la palabra, la huella de nuestros defectos”. Marcel Proust, ‘Sobre la escritura’. Por eso es tentador convertirse en ágrafo trágico. Una mala sílaba emborrona cientos de páginas acertadas. “El silencio es puro, es realmente una atmósfera”. Campos dorados de Millet. Aire en el que reposar. Pero necesitamos el conflicto: después de Barry Lyndon, Kubrick se metió en El resplandor. Y Gran Bros duda entre escribir y no escribir en Esta bruma insensata, de Vila-Matas. “En realidad el tema es (…) una oscilación entre dos conciencias: la que desea tener fe en la escritura y la que prefiere inclinarse por la radical renuncia”. La muerte desequilibrará para siempre la balanza.