12 de agosto de 2014
“Si yo fuera sombra antes, / te acordarás de mí / sin que mi
recuerdo te queme / (...) / porque nunca enlazamos las manos”. Fernando Pessoa. Aspiremos a sombra. A residuo, a páramo. A
óxido anticipado. Prevengamos la corrupción de la materia. “Ven a sentarte (…)
a la orilla del río. / (…) miremos su curso y aprendamos que la vida pasa”. Caigamos
en el sosiego de la resignación venturosa. Coloquemos una flor en el péndulo
del huracán. Dejémosla, marchitándose con lozanía. Sepamos de una vez que el
pasado es el único futuro. Lancemos vivas a Faulkner, que supo, antes de nacer,
que pasado es lo que no pasa.