3 de febrero de 2015
“Cuando se acaba el
aire que acariciaba el labio”. Francisco Brines. Surge el viento negro frío del
destierro. Todos somos, hemos sido, seremos, apátridas de un cuerpo glorioso,
al menos, de alguno de letra. Y en la tarea capitular del alejamiento, el color
mosca de la verja que dejamos atrás nos adquiere. “¿Es que, acaso, estimáis que por creer / en
la inmortalidad, / os tendrá que ser dada?”. La eternidad no forma parte del
cuerpo, sólo de las cosas que este toca mientras dura.