14 de marzo de 2015
“Ha leído todos mis
libros, incluso los que no he tenido tiempo de escribir”. Adorno, de Calasso. Las
personas que nos conocen saben nuestra bibliografía implícita, futura,
inexistente, absolutamente real, no dependiente de imprenta. A pesar del ansia democratizadora espoleada por internet,
engorrada en la horizontalidad, sólo hay una literatura: el yo.