3 de octubre de 2015
“Todo lo que es
visible es fotografiable”. García-Alix. Eso, ¿añade o quita valor? Estiras un brazo y acaricias la realidad inmediata como el lomo de un felino. Parece que lo añade, puesto que prosigue: “Lo que importa
es cómo nos acercamos al hecho fotográfico” –especie de alusión al hecho fílmico-. Importa, vaya que importa.
Pero hace quince años o así se te clavó otra frase suya: ‘Me gustaría fotografiar el pecado’. El pecado, de momento, sigue
más invisible que visible; conceptual y puro. Hasta al ultramaterialista Caballero Bonald, a la
vejez, le han salido lentes de aceptación mística. Igual que Buñuel aceptaba el misterio. Ver y/o no ver.