22 de agosto de 2019
“No busques el significado, busca el uso”. Wittgenstein. Abjura del Tractatus y llegan las Investigaciones. Lo que ha de ser comunicado es, en realidad, inefable. El lenguaje es una cárcel. El significado, un juego. Poesía y filosofía. Sensación y pensamiento. ‘La estructura del lenguaje determina el modo en que pensamos el mundo’: el lenguaje posee naturalmente una función utilitaria y no hay más significado que el ofrecido por su uso. Por tanto, ningún sistema de reglas será completo, las reglas no explicarán todos los casos. A nuevo caso, nueva regla. Pienso en Wittgenstein después de leer la siguiente noticia: “Un bombero acusado de maltrato cambia de sexo durante el proceso judicial. El procedimiento penal podría quedar sin efecto al tratarse de la acusación de una mujer contra otra, un supuesto no contemplado en el Código Penal”. No hay significado, hay uso -¿valor de uso?; ¿que satisface una necesidad?-. Y una ley en evidencia, que trata diferente a los iguales.