2 de abril de 2010
"La inteligencia puede ser un lastre". Magnus Carlsen. Tiene diecinueve años y es el número uno del ajedrez. Es "caótico y tendente a la vagancia". Superdotado. No quiere ni oír hablar de su cociente intelectual. Dice, como para distraer, con una infinita ternura irrisoria anti Freud: "Mi padre es más inteligente".
Nació en Noruega; "Los jugadores de la Unión Soviética tenían una gran ventaja. En Moscú disponían de un enorme archivo en el que se ordenaban cuidadosamente incontables partidas en fichas de datos". Hoy esos datos pueden comprarse, en deuvedé, por ciento cincuenta euros. "En un disco se almacenan cuatro millones y medio de partidas". La tecnología facilita demasiado las cosas. Hace niños tontos, lastrados. Vamos camino de la máquina.