13 de octubre de 2014
“Israel atraviesa un
déficit democrático”. Etgar Keret. Su padre sobrevivió al Holocausto
y ahora los buenos
le amenazan de muerte por dudar de su política militar. “Te das
cuenta de que no puedes escapar de este mundo, que estás obligado a
explicárselo a tu hijo”. La
pluriformidad de la Tierra es un todo, y él advierte a su patria copiando
los modos de una vulgar dictadura: no hay libertad de expresión para
compadecer la muerte de niños en Gaza, y sí sujetos palo en ristre por las
calles; a los pacifistas se les rebautiza “terroristas” y desea
públicamente cámara de gas. Lamentan no poder censurar al New
Yorker -que publica a Keret- ni bloquear los cinco mil cuatrocientos
millones de dólares, mil más de lo previsto, asumidos por
la Conferencia Internacional para Palestina. ¡Hasta el futbolista Cristiano Ronaldo
ha soltado un millón y medio! La contrarréplica viene de un ministro hebreo: vale más el llanto de una madre judía que el de mil palestinas;
ayer otro animaba a perseguir y denunciar al enemigo interno. Himmler habría sido un buen becario.