Brizna de descaecimiento

9 de febrero de 2021


“Durante los diez últimos años de su vida, mi madre fue perdiendo poco a poco la memoria. A veces, cuando iba a verla a Zaragoza, donde ella vivía con mis hermanos, le dábamos una revista que ella miraba atentamente, de la primera página a la última. Luego se la quitábamos para darle otra que, en realidad, era la misma. Ella se ponía a ojearla con idéntico interés”. Luis Buñuel. Así comienza Mi último suspiro que, en realidad, escribió -o más que medio escribió- Jean-Claude Carrière. Hace quince años la televisión todavía habría cubierto su óbito. Hoy tan sólo los periódicos, ese cajón desastre, dan la noticia -de la que me ha costado enterarme, al final de la jornada-. Todo son síntomas.