3 de julio de 09
“Levantarse antes de la una me parece de mala educación”. Enrique Bunbury. Estoy de acuerdo con el sentido de la frase. Las palabras tienen una apariencia, un fondo y un trasfondo y los tres planos, cuotas de significado y significación. Como planteamiento, levantarse después de la una, cumple las tres con riqueza; “muera la inteligencia” no participaba de ninguna. Sólo podía agarrase a la ironía, pero su autor la recusaba. El lenguaje plano de Millán Astray se vuelve tumultuoso en el caso del zaragozano.
¿Es positivo madrugar? Rajoy lo hizo durante todo 2004, época a la que pertenece el entrecomillado, ¿y?... Encima, se levantaba con el pie derecho, ¿de qué le sirvió? Ni le ayudó Dios ni ganó las elecciones y se enfrentó solito al ala radical de su leonera. Bunbury, afín a Izquierda Unida y a la poesía, rubricaba la entrevista diciendo que lo que pasó “entre el 11 y el 14 de marzo en este país fue muy bonito. Para emocionarse”. Nuevamente exacto. Trato de reconciliarme con Landázuri Izardui. No lo logro pero algún día. Mientras tanto seguiré oponiéndome a los horarios esclavos.