10 de enero de 2015
“No hacía deporte
alguno. Andar no era deporte, al menos para él. Y, sin embargo, se imaginaba
que al andar realizaba un deporte propio y que él era su inventor: marcha de obstáculos”. Peter Handke, La gran caída. El que anda su mal
espanta. “Procuraba superar los obstáculos por vía directa. La condición era no
salirse del ritmo”. Dejar a pulmones ser batuta. “Excepto en casos de
necesidad o de urgencia, correr no le interesaba en absoluto. ‘Correr me
horroriza’. Si le salían al encuentro corredores moderaba expresamente la
marcha”. Siempre que veo a un apóstol de la prisa pienso que tarde o temprano
irá camino del trabajo -también, corriendo-.