19 de septiembre de 2011
"Nuestra sociedad alardea de que lo importante es tener deseos". José Antonio Marina. La publicidad, al igual que la política, está presente en todo. Los deseos se programan continuados a fin del consumismo y han de ser "fuertes, para que produzcan compulsión, pero efímeros". En los niños, esta aplicación publicitaria del deseo es "un enemigo frontal de la escuela, que, al contrario, enseña a aplazar la recompensa" y "lleva al zapping afectivo". Lo que no satisfaga se sustituye. Qué bien diseñadas, las personas libres.