16 de julio de 2018
“Lo bueno es
bello siempre y lo bello es lo único / que merece la pena en este desdichado /
mundo (…) en este / pudridero de angustia y desengaño”. Luis Alberto de Cuenca,
Bloc de otoño. Keats pasado por
Platón, Miguel Ángel y el propio L.A. “Paul Claudel / no creía en el tópico de
que el deber del hombre / consiste en ser feliz. La vida es un camino / de
perfección, no un parque de atracciones, / ni una casa de putas donde pasar el
rato”. El bienestar se revela como opción frente a la dúctil felicidad, lo
mismo aplicada al tutsi que al visitante de una pinacoteca. “Prescindir de
códigos morales elevados / (…) sería un fracaso”. El éxito, huir de la impostura.
“La poesía es la única cosa digna de atención para una mente superior”: Keats barría
para casa, sí, pero en la vanidad le iba la humildad de encomendarse a una
tarea imposible.