25 de marzo de 2010
"Sus ojos eran como un estanque: verdosos, serenos y profundos. Sus pupilas eran nenúfares en noche de luna llena. Siempre miraba de frente". Fernando Sánchez Dragó. Este dulce ser, de "armoniosos movimientos", no es ningún amor humano aunque sí capacitado de alma. Dragó se refiere a Soseki, su gato. El gato al que dedicó un libro entero.
De alguna manera un gato está en todos y sus características asociadas -curiosidad, respeto, libertad, discreción, filosofía- son generales. Luego hay matices que son los que hacen que el gato sea quien es. Conozco personas sin personalidad, pero no ningún gato.
"No tiraba los objetos. Se movía entre ellos como si los atravesase. Estaba hecho de luz".